Un ataúd de quita y pon (Gordon Lumas)
Autor: Gordon Lumas (José María Lliró Olivé)
Año: 1983
VALORACIÓN: 👍
ARGUMENTO
El ex policía ferroviario Mark Shanon encuentra a un hombre sin sentido que, una vez despierto, le cuenta la increíble historia de la que ha sido testigo; en un cementerio cercano una mujer muerta en un ataúd y con un cuchillo clavado, abrió los ojos y pareció recobrar la vida...Shanon no acaba de creerle, pero junto con el alterado personaje se dirige al cementerio a investigar...
El borracho, al que su deambular etílico a llevado al solitario cementerio, descubre como una mujer aparentemente muerta con un puñal clavado, de pronto, abre los ojos, para espanto del pobre hombre...
OPINIÓN
La novela empieza con trazas de eso que se ha dado en llamar weird western, y poco después esta historia misteriosa se une en el argumento con la más típica de los bolsilibros del oeste (si, el protagonista buscando venganza) fusionándose, como era de imaginar, las dos historias al final. Y también era de temer que la explicación a los macabros y fantasmagóricos misterios propuestos al comienzo no resultaría del todo convincente. Pero como afortunadamente también suele suceder en las novelas de Gordon Lumas todo está tan bien envuelto y empaquetado que la lectura del bolsilibro, al margen de sus tópicos y defectos, resulta lo suficientemente satisfactoria como para no defraudar al lector.
Otra cosa es la desvergonzada triquiñuela que acostumbró a hacer el autor pocos años después, ya desaparecida la editorial Bruguera, colando entre otras muchas, esta novela como "inédita" a la editorial Astri, con la que se publicó con el título "El cementerio de los vivos". El bueno de Olivé se limitó a suprimir el primer capítulo de esta novela, en el que el borracho descubre el ataúd con la muerta/viva en el cementerio, y empezó directamente con el segundo capítulo, con el protagonista encontrando al borracho sin sentido. Lo demás, con alguna palabra o expresión cambiada aquí y allá, es exactamente la misma novela. Por eso resulta hasta gracioso como los de la editorial Astri se vanagloriaban en la publicidad de sus novelas de lo "inéditas" que eran. Me imagino al caradura de Olivé riéndose a carcajadas leyendo eso...
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