La tizona toledana (Arnaldo Visconti)
Autor: Arnaldo Visconti (Pedro Víctor Debrigode)
Año: 1947
Nº 33 de la colección "El Pirata Negro" (Bruguera)
Portada: Provensal
ARGUMENTO
Carlos Lezama, el Pirata Negro, tiene una misión ineludible: vengarse y acabar con el temible y perverso corsario Hugh Foster, apodado "Guante Rojo". Este se haya descansando de sus correrías en su base de la isla de Wight. La empresa es difícil, ya que el Pirata Negro y sus hombres tienen que meterse en la boca del lobo para conseguir su propósito, pero encontrará una aliada inesperada que ha sido también victima de los desmanes del perverso corsario...
OPINIÓN
Años antes de firmar con el seudónimo de Peter Debry, Pedro Víctor Debrigode escribió bajo el italianizante seudónimo de Arnaldo Visconti varias series de novelas de aventuras como esta que nos ocupa de "El Pirata Negro". Que Debrigode es un autor de calidad dentro de la literatura popular lo sabe todo aquel que esté familiarizado con esta literatura. Esta serie de piratas que surcaron los mares a principios del siglo XVIII es una prueba más de su buen hacer literario.
Cada novela, como se anuncia en la portada, contiene una historia con principio y fin, pero en cierto modo parece que suele haber un hilo conductor. En esta, por ejemplo, el Pirata Negro se dispone desde el principio a vengar una afrenta que se debió producir en el número anterior. Y termina, bastante conclusivamente pero dejando un pequeño hilo conductor sin resolver que, seguramente, será el argumento de la siguiente aventura.
La narración se desarrolla de forma impecable, salvo quizá en la parte final donde el Pirata Negro planea todo a la perfección, casi como adivinando los movimientos que van a hacer sus enemigos. En esto recuerda, para mal, las novelas de El Coyote. Y es que el héroe, por lo menos en esta novela, entra de lleno en el tópico del héroe perfecto e impecable con muy pocos matices. Sin embargo, la fuerza de la novela está en los demás personajes, desde el perverso corsario Hugh Foster, hasta la "ligera" Lady Hermione Denver, que mantiene una peculiar relación con su odiado hermano. Y por supuesto, un argumento bien ideado que mantiene el interés y donde el autor demuestra estar bien documentado sobre la época de la que escribe.
De todas formas, con una sola novela no se puede obtener una visión completa de esta extensa serie de casi cien títulos, pero, sin duda, mi primer acercamiento al mundo aventurero de El Pirata Negro ha sido bastante positivo.
Por último, el título, "La tizona toledana", me parece algo gratuito. En un momento dado, un forjador de armas español le regala al Pirata Negro una tizona toledana y nada más. Me parece una excusa pobre para nombrar una novela, ya que, salvo lo mencionado, la tizona no tiene mayor relevancia en la trama. Por otro lado, la atractiva portada representa una escena de la novela en la que el héroe está prisionero en el barco negrero de Hugh Foster, aunque comete el error de mostrar al Pirata con su atuendo habitual "de trabajo", cuando en esa escena debería estar disfrazado del personaje irlandés que está representando.
El perverso enemigo del Pirata Negro, el corsario Hugh Foster, apodado "Guante Rojo" porque siempre lleva unos guantes de ese color cuando entra en acción. Otra característica del personaje es su ojo izquierdo, con un guiño perpetuo consecuencia de un sablazo.








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